Perros y gatos callejeros llevados a escala colosal se insertan entre los edificios de La Habana de los 500 años como para recordarnos a todos que ellos también existen.
“A ver si así los pueden ver”, parece ser el mensaje que
envía Gabriel Guerra Bianchini con su más reciente serie
fotográfica, donde perros y gatos que deambulan por La Habana
de los 500 años alcanzan en fotos una escala colosal,
convirtiéndose en monstruos de aspecto dulce que compiten con
edificios, monumentos y arcos emblemáticos de la ciudad.
“Se han convertido en gigantes esos que pasan inadvertidos”,
es la fantasía que Bianchini ha llevado a la imagen, aspirando
a aplicar «ojos que no ven, corazón que no siente» en sentido
opuesto. “Al fin todas las personas podrán verlos.
Principalmente quienes puedan hacer algo por ellos, adoptarlos
o cambiar su desdicha”, comenta el fotógrafo.
En Cuba no existe una ley que reconozca los derechos de los
animales, de modo que nada garantiza su bienestar, respeto y
protección.
“Los encontré en mi barrio, La Habana Vieja, y algunos en
Centro Habana. El perrito chino deambulaba por la Avenida del
Puerto. Tenía en la piel marcas del sol y cicatrices. Después
de hacerle la foto, lo acaricié un rato y luego me siguió a lo
largo de la avenida. Se nota mucho el cariño que tienen para
dar”, cuenta Bianchini a propósito de uno de sus “modelos”.
“El gato –añade– era más desconfiado. Tardé un rato en poder
acercarme lo suficiente para tomarle la foto. Estaba refugiado
bajo un auto en Centro Habana. Su cara estaba magullada,
quizás por alguna pelea. Así los voy encontrando, en mi andar
cotidiano».
Tan pronto la serie se publicó en redes sociales, numerosos
medios de prensa han retomado el tema. El próximo sábado, 10
de agosto, se organiza en Estudio 50 una jornada para la
protección de los animales de la ciudad(*) y estas fotografías
“se proyectarán sobre una nube de agua. Mañana comenzamos las
pruebas”, adelanta Bianchini.
“La serie seguirá creciendo poco a poco y por supuesto que
haré una exposición”, promete. “Por lo pronto me encantaría
poder colocar una en gigante en el borde de un edificio. Ya
estamos presentando la propuesta. Ojalá y pronto podamos
celebrar esa ley, aunque lleve tiempo sembrar este amor por
los animales en las conciencias. Por algo se empieza”.
Bianchini, fotógrafo, apuesta a que entre por los ojos.
by OnCuba